jueves, 26 de agosto de 2010

Retazos

A quién le contaría que robar la espuma de tu café haría que te enamoraras de mi? O mirarte como dices que sólo yo sé hacerlo, como cuando te enseñé mi guitarra en la entdada de la casa de Santo Domingo. O a quién le contaría todo aquello que te contaron las estrellas que vimos en el techo de mi casa. ¿Qué te contaron? ¿Te dijeron que no te quise? Si eso hicieron, te mintieron. ¿A quién podría explicarle (y que entendiera) la magia, esa magia que el tiempo sólo nos contó a nosotros dos?. No podría contarle a nadie tampoco todo lo que pasó, y lo que no pasó, aquella noche pocos días después de conocerte, que nos quedamos los dos juntos dormidos en mi coche, en la entrada de la casa, al final del callejón, en aquella casa que llegué a llamar "Hogar". O aquella tarde bajo la lluvia. O aquella tarde en un café. O esas noches de calimocho, tabaco y Sabina. O ese día que la lluvia nos atrapó en los juegos de no-recuerdo-qué parque, cerca de no-recuerdo-qué plaza. O la primera vez que te ví, en el café de coyoacán. O el día que te abandoné en la entrada de tu casa, que te dejé llorando, y me fui deshecha. O el día que me dejaste, porque yo así lo quise, y cruzaste la puerta para nunca más volver. O el día que te dejé sentado en la fuente de Coyoacán, pero no te vi llorar. O la última vez que te besé en la punta de no-recuerdo-qué juego en no-recuerdo-qué parque cerca de Taxqueña. O el beso que no te di, el beso que me muero por darte, el beso que nunca te daré. Y todo lo que no debe pasar, todo lo que no puede ni pasará.

1 comentario:

  1. Me gusta y mucho, quizas por el narcisismo de reconocer algunas partes, otras no, pero por eso se llama retazos no? Cuídate, creo que los 2 sabemos que este es y será el único medio de contacto que tengamos y en realidad me parece mejor así. Bye

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