miércoles, 8 de septiembre de 2010

Y si el amor de mi vida es un imbécil?

Me fastidian estos malditos tenis morados que se divierten enseñandome la lengueta. Y viajo por mi cabeza abriendo uno a uno los cajones de mi ropa. Pero ahí no hay nada que ponerme. Nada que ponerme ni las respuestas del final del libro. Y no quiero bajar a comer porque no quiero que mi hermano note que he llorado. De todas formas, no tengo hambre. Y abro winamp y presiono "siguiente" "siguiente" "siguiente" "siguiente" hasta que me canso. Y vuelvo a poner la misma maldita canción hasta que me cansa. Y entonces pongo la otra maldita canción. Pero no la canto de nuevo como aquella noche. Sólo dejo que me hiele la sangre. Lo malo del caso es que no lo logra y yo aún siento. Aún siento, aún siento. Aún te siento. Y me chocas. Eres un niño, sólo un niño, y yo, I don't even know who I am. Y vuelvo a llorar después del verso y pienso en ti. Y vuelvo a pensar en ti y tú estás lejos. Lejos, lejos, más allá de donde van todos los sueños. Me duele, pero te pediré que no vuelvas. Y mi pecho estallará cuando dé click en "publicar". Pero no me importa, ya he comenzado a acostumbrarme a las explosiones.

Ya sé. Volveré a dormir. Volveré a perderme, a escapar de mi, escapar del momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario